jueves, marzo 12, 2009

RECORDANDO A STANLEY KUBRICK A DIEZ AÑOS DE SU MUERTE


Si en alguien encajó la manía por el perfeccionismo fue en Stanley Kubrick, a tal punto que sus últimos proyectos fílmicos demoraba años llevarlos a la pantalla por la supervisión del mínimo detalle de la pre-producción. Ya no hablemos del rodaje que duraba meses y hacía repetir a sus actores una y otra vez la misma escena hasta el cansancio, y la pos-producción supervisada por él mismo, hasta las copias a ser exhibidas. Fue el precursor del uso de la “steady cam” con la que filmó los travellings de El Resplandor; pero, sobretodo de un puñado de buenas películas, dentro de la que sobresale 2001: la odisea del espacio, “la catedral de la ciencia ficción”, quizás su mejor película. Tampoco podemos olvidar La naranja mecánica, “distopía” sobre la violencia en un futuro no muy lejano.

Se ha dicho que sus películas eran en el fondo alegorías sobre el capitalismo, afirmación que Kubrick jamás desmintió, pero tampoco lo confirmó, en todo caso es una forma de verlas. Generalmente las buenas películas admiten varias lecturas y a veces ni el realizador es conciente de ello. Ahí está Espartaco, que si bien fue una película “de encargo” y a la medida de Kirk Douglas, no deja de “leerse” como la lucha de clases entre los ricos patricios y los desposeídos; o la genial sátira contra el militarismo en plena guerra fría que fue Doctor Strangelove.

A quien le guste el buen cine tiene una veta inagotable en las películas de Kubrick. Ahora que se cumplen los diez años de su partida vale la pena verlas de nuevo.

Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es

No hay comentarios.: