viernes, noviembre 28, 2014

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EL SINSAJO PARTE I



Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

La primera parte de la resolución de la saga fílmica de los jóvenes tributos con Katniss Everdeen de lideresa.

Las películas donde los héroes son jóvenes o adolescentes (teenagers) se han vuelto populares en Hollywood. Sagas como Crepúsculo, Harry Potter o Los juegos del hambre lo ratifican. La onda juvenil que domina Occidente (donde nadie quiere aparentar ser “viejo”) se refleja muy bien en las películas que tienen por protagonistas a jóvenes que apenas frisan la segunda década de vida. Signo de los tiempos.

Lo atractivo de Los juegos del hambre es que combinaba una réplica futurista de las peleas de gladiadores romanos con reality show (de hecho, la autora de las novelas declaró que se inspiró haciendo zapping entre canales y ver realities con combates a mano), lo que le daba un toque especial a la historia.

Estamos ahora en la lucha frontal entre los rebeldes y las fuerzas del Capitolio. Esta primera parte narra como Katniss se convierte en el símbolo de la lucha por la libertad. En el sinsajo.
Y la represión de las fuerzas del presidente Snow, quien fríamente juega en sus cálculos aplicando la estrategia de tierra arrasada.

Tiene su atractivo. La historia se mantiene por si misma (asumiendo que sus seguidores han visto las dos anteriores), y algunas veces tiene hasta un aire “orwelliano” que, de haber persistido, estaríamos ante una película que trascendería el mero consumo.

Lo interesante es cómo sin querer Katniss se convierte en un símbolo de la resistencia y cómo se usa ese símbolo como propaganda política a fin de cohesionar a las fuerzas rebeldes. Toda rebelión necesita héroes, así como toda rebelión requiere de propaganda política. Quien representa muy bien ese cinismo de la política es Plutarco Heavensbee, el personaje encarnado por el desaparecido Philip Seymour Hoffman, suerte de Maquiavelo futurista. Esperamos el desenlace.




LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EL SINSAJO PARTE I [The Hunger Games: Mockingjay - Part 1]
Dir: Francis Lawrence          
Guión: Peter Craig, Danny Strong basado en la novela de Suzanne Collins
c/  Jennifer Lawrence            (Katniss Everdeen), Josh Hutcherson (Peeta Mellark), Liam Hemsworth (Gale Hawthorne), Woody Harrelson (Haymitch Abernathy), Donald Sutherland (President Snow), Philip Seymour Hoffman (Plutarch Heavensbee), Julianne Moore (President Alma Coin)
EEUU/2014/Distopía***/Estrenos




miércoles, noviembre 26, 2014

CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS


Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
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       @ejj2107

Liam Neeson es uno de esos actores que siempre se encuentra “a tono” con el personaje que interpreta. Desde que se hizo mundialmente conocido gracias a La lista de Schindler,  asegurando su permanencia en la industria del cine norteamericano, sus trabajos no bajan del promedio de cuatro papeles por año. Pero esa apretada agenda, facilita que muchas veces use “clichés” o moldes preestablecidos, lo cual se favorece gracias a la “presencia” que impone ante cámaras. No obstante ello, siempre sale airoso. Hay que reconocer que en Caminando entra las tumbas se muestra “en caja” en el personaje que interpreta.

Matt Scudder es un ex policía que años atrás accidentalmente mató a una niña mientras perseguía a unos delincuentes. El hecho, más su pasado alcohólico, lo hacen renunciar y dedicarse en la actualidad a ejercer como detective privado, en una suerte de ejercicio solitario, muy a tono con su carácter.

Integrante de Alcohólicos Anónimos, otro miembro lo intercepta para que ayude a su hermano, traficante de drogas, cuya esposa fue secuestrada y asesinada salvajemente, lo que hará ingresar al detective Scudder en un submundo tenebroso y enfermo.

Estamos ante el thriller policial, con claves de novela negra, donde iremos descubriendo nexos entre asesinos que cometen sus crímenes con impunidad gracias a ser informantes de la agencia antidrogas (la DEA) y mafiosos que se revelan como esposos o padres preocupados por sus familiares. Nadie es lo que aparenta, ni Scudder que en el fondo busca “limpiar” ese pasado trágico y comenzar una segunda oportunidad.

A pesar que sigue un guión convencional, hay logros interesantes en la película, como el de la “amistad” entre Scudder y el adolescente negro TJ, que se encuentran diametralmente en posiciones distintas, pero el azar del destino los une; o el suicidio del amante de las palomas al ser descubierto como colaborador en uno de los crímenes. Pero también encontramos cabos sueltos como los agentes de la DEA que persiguen al personaje y todo queda en el aire o la falta de hondura de las víctimas de los sicópatas, las que solo son “nombres” o “imágenes” sin mucho convencimiento. También se pudo ir más allá y hacer una suerte de denuncia social, muy propia del cine negro. En fin, son los límites que el propio guión y el realizador se autoimpusieron (dicho sea de paso Scott Frank tiene, como guionista, adaptaciones interesantes como Minority Report).

De todas maneras es una película que se deja ver pese a sus limitaciones.


CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS [A Walk Among the Tombstones] 
Dir y Guión: Scott Frank, basado en la novela de Lawrence Block
c/ Liam Neeson (Matt Scudder), David Harbour (Ray), Dan Stevens (Kenny Kristo), Brian 'Astro' Bradley (TJ)
EEUU/2014/Thriller***/Estrenos



lunes, noviembre 24, 2014

EL DADOR DE RECUERDOS

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
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El género distópico tiene dos vertientes: la apocalíptica, que presenta un mundo en extinción o en caos, y es la más usual sea desde la perspectiva del desastre nuclear, los problemas medioambientales o las pandemias causadas por virus incontrolables. Sin embargo existe otra vertiente, menos recurrida, que versa sobre “la sociedad perfecta” y cuyo antecedente literario es la novela de Aldous Huxley, Un mundo feliz. En esa vertiente se sitúa El dador de recuerdos.

Estamos en un futuro impreciso donde se ha eliminado las penas, el dolor, las emociones, las desigualdades, la enfermedad y las guerras. Todo se rige de acuerdo a cierto orden y planificación igualitaria (a fin de evitar las discriminaciones) emanado de la sabiduría de los más ancianos.

Jonas, Fiona y Asher son tres jóvenes amigos que han terminado el colegio (el high school) y, de acuerdo a sus habilidades, serán ubicados en labores diversas para el bien de todos.

No obstante esa perfección, se hace necesario preservar los recuerdos de cómo fue el pasado del hombre, para no volver a repetir los errores del ayer. Es así que uno de los ancianos (El dador) guarda esa “sabiduría” que es trasmitida de generación en generación, siendo Jonas el que tomará la posta.

Ese conocimiento del pasado por parte de Jonas le hará ver que las cosas no son tan perfectas como se cree y el desencadenante de la rebeldía ante “la verdad oficial” y el correlato de la liberación de las emociones humanas.

Filme rodado con presupuesto bastante franciscano (para las ambientaciones y efectos especiales que necesita) y con la participación de actores poco conocidos (salvo Meryl Streep y Jeff Bridges); a pesar de tener algunos “baches” la diégesis narrativa y manejar una hipótesis poco convincente (ser receptor de recuerdos un ser humano, cuando por la sofisticación tecnológica del futuro lo puede ser una máquina), El dador de recuerdos tiene la peculiaridad de tocar el tema del libre albedrío, pese a los errores del hombre.



EL DADOR DE RECUERDOS [The giver] 
Dir: Phillip Noyce      
Guión: Michael Mitnick, Robert B. Weide, basado en el libro de Lois Lowry
c/  Jeff Bridges (The Giver), Meryl Streep (Chief Elder), Brenton Thwaites (Jonas), Odeya Rush (Fiona), Cameron Monaghan (Asher)
EEUU/2014/Distopía***/Estrenos


martes, noviembre 18, 2014

INTERESTELAR: LA ODISEA DE LA SOBREVIVENCIA

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Algunos años atrás va rondando entre los grandes estudios un proyecto sobre una película que tenga como nervio central los viajes a través del tiempo. Se piensa en Steven Spielberg como el realizador idóneo dada su trayectoria (ET, Encuentros cercanos…) y que su sola firma es garantía de rentabilidad asegurada. Sin embargo, Spielberg está abocado a otros afanes y los ojos giran entonces hacia Christopher Nolan, quien venía de cosechar enormes éxitos de crítica y público gracias al reboot batmánico; y tras anunciar que se alejaba definitivamente de una cuarta entrega del hombre murciélago, se enfrasca en el proyecto de Interestelar, dándole un cariz bastante personal y exigencias al límite a su equipo de producción, a una inversión que sobrepasó los 160 millones de dólares, razón por la que coparticipan tres grandes productoras en la financiación.

Estamos en un futuro no muy lejano y la tierra se extingue. Los estados nacionales o han desaparecido o se encuentran sumamente debilitados. Todavía existe un orden en el planeta y frente a la carestía de alimentos, se privilegia la formación como granjeros, regresando a la etapa preindustrial. Se ha revisado los hechos más importantes de la historia, como el primer alunizaje del hombre, considerado como políticamente incorrecto, y los ejércitos del mundo han sido disueltos.

Frente a ese futuro apocalíptico, un reducido grupo de científicos de lo que fue la NASA busca formas de viajar en el tiempo, a fin de encontrar un nuevo planeta que posibilite la continuación de la especie humana. Se especula que una civilización más avanzada nos está “ayudando” con “puertas” que conectan a otra dimensión. Frente al fracaso de misiones anteriores, se prepara una última que se encargará de buscar esos nuevos mundos.

El tema es bastante sugerente y nos introduce en teorías que tienen cierto asidero científico a nivel de hipótesis, como los viajes en el tiempo a través de los agujeros de gusano, teoría del físico Kip Thorne (inspirado en los agujeros negros del universo), quien ha sido consultor en la preparación del guión, tomando como base la relatividad del tiempo en el espacio y la gravedad.

Evidentemente que el gran referente de Interestelar es 2001: Odisea del espacio (1968), considerada la catedral de la ciencia ficción. Pero a diferencia del filme de Stanley Kubrick, donde el hombre cruza el umbral a una nueva etapa ascendente en la humanidad (un tanto en la onda new age de ese entonces); en el filme de Nolan más bien se trata de la supervivencia humana, de allí que todo es más “sucio”, hasta las tormentas de polvo que asolan el planeta.

Existen ciertas coincidencias con el filme de Kubrick: el “realismo” en la puesta en escena y  la “seriedad científica” con que fue elaborado el guión (el cual sufrió bastantes modificaciones en su versión original), casi hasta parecer Interestelar un documental en los primeros minutos (de hecho, en el comienzo, uno aprecia entrevistas a los sobrevivientes de la tierra, como era el lugar de, literalmente, irrespirable), centrándose en las posibilidades de los avances de la física teórica hasta el presente. Pero si bien Kubrick no se dejaba apabullar por la base científica del relato, en Nolan a veces cede al imperativo de explicar, como si se tratara de la lección en una clase, absolutamente todo el desarrollo de la trama en la parte de las conjeturas científicas, lo cual le quita cierto encanto a la ficción.

Ya no hablemos de los personajes robóticos. TARS es el HAL de 2001, aunque menos arrogante y con más sentido del humor, convirtiéndolo casi en un personaje humano; Cooper tiene el arquetipo de Bowman, aunque más temperamental, a diferencia de la casi frialdad del otro; en 2001 también existe un viaje por el tiempo a través de un “agujero”, aunque menos explícito y más atractivo visualmente; la Endurance, la astronave que emprende la gran aventura, es el equivalente a la Discovery; el espacio exterior, como lugar de un “horror frío y silente”, etc.

Existen otras influencias cinematográficas, como ya se han anotado: El abismo de James Cameron, Señales de M. Night Shyamalan, Misión a Marte de Brian DePalma, o Alien: el octavo pasajero de Ridley Scott (inspirador de ese “universo sucio”).

Ello no resta la creatividad, el talento, ni la exigencia de Christopher Nolan y su equipo (el coguionista, Jonathan Nolan, tuvo que asistir a clases de física en un instituto científico a fin de “empaparse” del tema). Las casi tres horas tratan de una gran odisea espacial, quizás la próxima gran aventura del hombre. Es cierto que a veces se muestra muy grandilocuente o enfática, como que estamos ante “la gran aventura”; pero salvando esos excesos nos encontramos ante una película manejada con buen pulso narrativo.

Todavía es muy temprano para determinar si estará en el pedestal al mismo nivel de 2001, ello solo el tiempo lo dirá. Personalmente me parece que no. Fue un gran intento, es cierto, pero no llega a ese nivel (dicho sea de paso, frente al tratamiento de la ciencia ficción que realizó 2001, la crítica no fue muy benévola con ella al momento de su estreno, lo que solo ocurrió años después, hasta ser considerada una de las mejores películas de todos los tiempos).

Posiblemente el filme de Nolan deje ese mismo sabor extraño en el paladar, sobretodo si hacemos comparaciones con la trilogía del hombre murciélago; lo que no le resta méritos propios a Interestelar y que estamos frente a un filme que, de hecho, ya marcó un importante hito en el género fantástico.

INTERESTELAR [Interstellar] 
Dir: Christopher Nolan
Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan
c/ Matthew McConaughey (Cooper), Anne Hathaway (Amelia), Jessica Chastain (Murph), Matt Damon (Dr. Mann), Michael Caine (Professor Brand) Ellen Burstyn (Old Murph), John Lithgow (Donald)
EEUU/2014/CF****/Estrenos