martes, febrero 17, 2009

SOLO UN SUEÑO


Sam Mendes es bueno auscultando las miserias familiares que se esconden detrás de los mitos americanos: la familia perfecta es despedazada usando la ironía y el sarcasmo en American Beauty (1999) donde hizo pedazos a la típica familia americana, y ahora con Revolutionary Road (Solo un sueño en español, hay que reconocer que esta vez acertaron con un título que más o menos le haga) ratifica esa obsesión del realizador.

La historia se ambienta en el pasado, en los años cincuenta, en una Norteamérica próspera, de clase media emergente que para llegar a ese nivel debe sacrificar sus sueños personales a fin de “engancharse” con el sistema de vida que exige la sociedad de la opulencia. Precisamente se enfoca en la joven pareja de Frank (Leonardo DiCaprio) y April (Kate Winslet), ya con dos hijos a cuestas, que han sacrificado uno sus sueños de estudiar algo y no seguir los pasos del padre, y la otra sus anhelos de ser actriz, por lo que sienten un vacío existencial, decidiendo irse a radicar a París. Ese es el “disparador” de la historia que vendrá después hasta su trágico desenlace, en el medio, infidelidades e ingesta abundante de alcohol para no soportar la mediocre existencia que llevan (los amigos de trabajo de Frank son sintomáticos de esa especie de frustrados que van a la deriva en sus propias vidas).

Se ha especulado mucho acerca del “reencuentro” de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet doce años después de Titanic, ambos ya con carreras consagradas. Es cierto que los dos han madurado mucho como actores desde aquella mítica cinta que catapultó sus carreras y se puede decir que están parejos en el filme bajo comentario, aunque en ciertos tramos la Winslet lo supera en performance. Pero, los secundarios no están a la saga, sobretodo Michael Shannon como el orate que tiene “patente de corso” (gracias a su locura) para decir ciertas verdades incómodas al matrimonio Wheeler, cumpliéndose el dicho que solo los niños y los locos dicen la verdad. El personaje que interpreta sirve de catalizador para “sacudir” a la pareja y que se vea descarnadamente, sin falsas verdades, ante el espejo de sus propias miserias. Tampoco se queda atrás la excelente Kathy Bates, verla en pantalla en cada oportunidad que se presenta es un placer donde uno nunca sale defraudado.

Excelente la escena final que por sí sola dice mucho más que los textos de los personajes en las dos horas de proyección: Howard, el esposo de Helen, baja el volumen de sus audífonos para no escuchar la larga cháchara sin sentido, banal y con cierto olor a rencor que expele su esposa al hablar mal del matrimonio Wheeler ahora que ya no están. Su esposo prefiere no escucharla formando una “muralla” de protección contra ese blablabla insulso. Parece decirnos el personaje solo con la mirada: Y pensar que uno se enamoró de esa persona que pensaba maravillosa algunos años atrás.

Solo un sueño es un buen filme, que si bien adolece de cierta puesta en escena de aire teatral, podemos aventurar que es hasta superior a American Beauty (más efectista y superficial). No apto para los que quieran contraer matrimonio porque esa es la tumba del amor.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


SOLO UN SUEÑO [Revolutionary Road]
Dir.: Sam Mendes
Guión: Justin Haythe, basado en la novela de Richard Yates
c/ Leonardo DiCaprio (Frank Wheeler), Kate Winslet (April Wheeler), Michael Shannon (John Givings), Kathy Bates (Mrs. Helen Givings), Richard Easton (Mr. Howard Givings),
EEUU, UK/2008/Drama***/Estrenos

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