martes, febrero 03, 2009

EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON


Las películas que recorren épocas o los personajes de ficción que se codean con personajes históricos siempre tienen un atractivo o “jale” de estar donde ocurrieron los sucesos. Esta vez se trata de una persona que conforme va madurando se va convirtiendo en más joven hasta morir como un recién nacido. Ese es el “gancho” de la trama que irá jalonando las aventuras de este peculiar personaje a lo largo del siglo XX, trascurriendo etapas históricas trascendentales como el fin de la Gran Guerra, la depresión de 1929, la II Guerra Mundial, el fenómeno beat en los cincuenta y el hippie en los sesenta (no es casual que de los ochenta en adelante no se vislumbre nada relevante del protagonista como que los últimos 25 años fueron peculiarmente grises en grandes acontecimientos).
Este tratamiento histórico no es casual dado que cuenta con Eric Roth como el guionista responsable, el mismo de Forrest Gump, por lo que la cinta tiene “cierto aire de familiaridad” con esta. No es calco indudablemente, pero existe cierto parentesco “consanguíneo”.

Al ser la historia una secuencia episódica de lo que le sucede al protagonista principal, tiene que recurrir a ciertas “pinceladas” de ambientación histórica. Lo mejor es el tratamiento del lugar donde Benjamín se cría: un asilo de ancianos, como que disimula la peculiaridad de haber nacido viejo y, por razones evidentes, estar muy cercano a la muerte. La crianza del “niño viejo” por la madre adoptiva negra en la ciudad de Nueva Orleans es lo mejor. También son logrados los episodios que conciernen a su “ver mundo”, cuando decide surcar el río Mississippi en el remolcador y conoce al capitán Mike, que lo hará “debutar” en las lides del amor. Lo más débil y poco convincente son las pinceladas de los años 50 y 60, apenas brochazos que nos dan el contexto de época (da la impresión como que se debía cortar metraje por lo dilatado de este) y sobretodo la debilona historia de amor, muy almibarada y convencional cuando la pareja decide vivir junta (como toda historia de amor que se respete debe existir un amor que recorra la vida del personaje central, de esos amores que dejan huella profunda y “marcan” a las personas).

Pero al estar estructurada como una secuencia episódica de la dilatada vida de un personaje, forzosamente debe abreviar etapas por razones de metraje, por lo que a veces se percibe solo “pinceladas”, teniéndolo al personaje principal como una marioneta que va recorriendo distintas etapas, sin “enganchar” del todo al espectador. Esa es también la principal debilidad de la cinta (hay otra justificativa del nacimiento “al revés” del personaje: la del reloj que da marcha atrás, como que se quiso intentar una suerte de “realismo mágico”, pero que se abandonó después).

Es muy probable que Benjamin Button arrase con varios Oscar, tiene todos los ingredientes para ello (salvo que exista una “sorpresa” de último minuto). Sería irónico (aunque no extraño) que David Fincher se haga acreedor a la estatuilla por una obra menor en su filmografía.
Por cierto, Tilda Swinton está excelente en el rol secundario como la mujer que le enseña al “joven” Benjamín el acceso al amor carnal, con esos amores que dejan huella pero distinta y no tan idealizada como la de los amores platónicos, sino con más “suciedad”. Buena performance de la Swinton.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON [The Curious Case of Benjamin Button]
Dir.: David Fincher
Guión: Eric Roth
c/ Brad Pitt (Benjamin Button), Cate Blanchett (Daisy), Tilda Swinton (Elizabeth),
Taraji P. Henson (Queenie)
EEUU/2008/Drama***/Estrenos

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