martes, febrero 19, 2013

DJANGO DESENCADENADO


La llamada post modernidad en el cine implica dejar de lado la verosimilitud del discurso narrativo y centrarse en lo que sería la forma o el artificio. En otras palabras no interesa que la historia parezca real, sino la forma que se le otorga. En ese sentido Tarantino ha sido uno de los puntales con películas como Pulp fiction o Kill Bill.

Asimismo, los post modernos se nutren de una serie de películas y géneros del pasado, son cinéfilos extremos, a fin de dar como resultado una cosa nueva. No es un remake de filmes antiguos; sino que vampirizan una serie de películas y elementos a fin de hacer algo propio. Igual sucede con la banda sonora: es un mix de distintas composiciones de diferentes épocas o de diferentes géneros melódicos. Para hacer la combinación se requiere mucha intuición a fin de no exagerar en la proporción de los elementos de la fórmula o pecar de avaro en estos. Un poco más o un poco menos es el límite entre la genialidad y el fracaso.

Tarantino, autodidacta por excelencia (jamás piso una universidad para estudiar cine como otros realizadores), se alimentó en sus años mozos de miles de cintas cuando trabajaba en una videotienda. Esa fue quizás la mejor educación para un  genio creativo (las universidades muchas veces limitan la creatividad para ofrecer productos estándar).

Django tiene los elementos antes citados. Pensada como una suerte de trilogía histórica (donde la historia es “reescrita”), junto a Bastardos sin gloria y su próxima entrega; no es propiamente un remake del legendario filme de Sergio Corbucci de 1966, protagonizado por Franco Nero (a quien vemos en un breve papel); pero el realizador ha tenido sumo cuidado en seguir una trama más o menos convencional, dándole esos toques absurdos o cambiando imprevistamente de tono como en la queja por las máscaras de los rancheros sureños que se disponen a linchar al Dr. Schultz y a Django (escena que ya se está volviendo antológica), pasando abruptamente del drama a la comedia. No es solo un tributo a los spaghetti western, sino también existen otros elementos de una larguísima cinefilia, donde el humor se encuentra presente muchas veces a fin de bajar el tono de la dramatización.

Mención aparte merece el personaje del Dr. King Schultz, encarnado por Christoph Waltz. Si en Bastardos sin gloria era el villano que se robaba la película; en Django es el antiesclavista que adiestra a Django en el oficio de caza recompensas, que igualmente se roba el show. Igual que en Bastardos, su personaje es barroco, complejo, con matices exquisitos y contradictorios, lo cual confiere riqueza al personaje, y hace llevadera la acción (lo que no ocurre cuando el personaje desaparece casi en el final).

Se  ha dicho que en Django la venganza es el leit motiv del personaje (como en Kill Bill, Bastardos, etc.). Lo cual es cierto; pero también lo es que el amor se encuentra presente. Django se adentra en un recorrido riesgoso por los estados del sur para buscar a su amada, quien tampoco es casualidad del destino se llame Brumilda (o Brunilda como también se le conoce en español); y al igual que en la saga wagneriana, sorteando el héroe una serie de peligros a fin de rescatarla.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

DJANGO DESENCADENADO [Django Unchained]   
Dir y Guión: Quentin Tarantino
c/ Jamie Foxx (Django), Christoph Waltz (Dr. King Schultz), Leonardo DiCaprio (Calvin Candie), Kerry Washington (Broomhilda), Samuel L. Jackson (Stephen)
EEUU/2012/Acción***+/Estrenos



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