viernes, noviembre 28, 2008

JUNO


¿Porqué Juno gustó tanto donde ha sido exhibida? Quizás se deba a la temática, al tratamiento y a la puesta en escena para realizar el abordaje de un tema delicado: la entrega –por distintas causas- de un recién nacido a una familia que está dispuesta a criarlo.

Sin caer en el melodrama, y más bien con un tono ligero y desenfado, nos va contando la historia de esta adolescente que decide tener relaciones sexuales con el chico que le gusta (quien toma la iniciativa es ella) y dar a luz al niño fruto de esas relaciones. Esas peripecias es lo que hacen la delicia del filme, a lo cual se acompaña la interacción con la familia que decide adoptar al futuro recién nacido. Vemos como la aparente solidez de ese matrimonio que parece feliz en la foto, no lo es tanto en la vida real; mientras Juno va “creciendo” emocionalmente y volviéndose más perspicaz (en cierta forma es una Mafalda teenager). Y comenzará a apreciar al amigo que usó solo para tener sexo, valorando sus cualidades. El final –la entrega o no del bebé- es más realista y sin caer en los “happy end” trillados.

Juno es el ejemplo que se puede hacer un cine inteligente y creativo, sin caer en las fórmulas consabidas o los refritos, y sin contar tampoco con un “cast” impresionante.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


JUNO
Dir: Jason Reitman
Guión: Diablo Cody
c/ Ellen Page (Juno), Michael Cera (Bleeker), Jennifer Garner (Vanessa Loring), Jason Bateman (Mark Loring), Allison Janney (Bren)
EEUU/2007/ Comedia dramática***/Estreno

miércoles, noviembre 26, 2008

UN CUERPO DESNUDO


Si la cuenta no nos falla, catorceavo largo de Pancho Lombardi, de lejos nuestro principal cineasta contemporáneo.
Desde su primer largometraje, Muerte al amanecer (1977), la narrativa de Lombardi se centra en la temática urbana y sobretodo en explotar las situaciones límite al interior de un grupo humano, casi siempre encerrado claustrofóbicamente, sometidos a un punto de quiebre en su resistencia. También un leit motiv recurrente es la muerte, “personaje” que de una u otra manera aparece en casi todos sus filmes. Un cuerpo desnudo no podía ser la excepción.

Concentrada la acción en pocas horas, gira en torno a un grupo de amigos que todos los meses juega al póker y bebe pisco en grandes cantidades, “comandados” por el “Capitán Burdeles” (encarnado por Gustavo Bueno, actor cómplice de Lombardi). La rutina usual se verá trastocada por un homicidio accidental, la amante de uno de los amigos, muerta en un hostal. Como sucede en este tipo de películas con un cadáver en el centro de la trama, las acciones y reacciones del grupo es lo que cuenta. Como reaccionan frente al cadáver, las ideas que se les viene a la cabeza, el estar sometidos a la situación límite de la muerte y “la solución” que les impone deshacerse del cuerpo, todo aderezado con toques de humor negro. (Un buen ejemplo de lo que acontece en torno a un cadáver es La soga -1948- de Alfred Hitchcock, verdadera “pequeña joya” de este tipo de filmes).

Es allí donde a veces la historia flaquea, con lugares comunes y socorridos, uso de una jerga y costumbres limeñas más setenteras que contemporáneas (basta ver “la guayabera” del “Capitán Burdeles” para darnos cuenta que estamos ante tipos que viven en cierta forma en un pasado, lo cual se ve reforzado por la casa antigua y las viejas muñecas), y como no podía ser de otro modo, salen a flote las historias amorosas, ora dramáticas, ora cómicas, de los protagonistas. (¿Quién no se ha “enchuchado” con una mujer?).

Película menor en la filmografía de Lombardi (incluso parece que ha sido concebida de esa manera), de bajo presupuesto, aunque no desdeñable. Como siempre, el manejo de actores se impone, bastante cuidadoso, donde aparte de Gustavo Bueno, destaca Gonzalo Torres, el popular “Gonzalete”, ex pataclaun, que debuta como actor dramático. Encaja en el personaje. Por lo demás, de Carla Vallenas podemos decir que “como muerta” hace un buen papel.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


UN CUERPO DESNUDO
Dir.: José F. Lombardi
Guión: Joanna Lombardi y José F. Lombardi
c/ Gustavo Bueno (Capitán Burdeles), Gonzalo Torres (Doctore), José Miguel Arbulú (Coraza), Haysen Percovich (El Negro), Carla Vallenas (La víctima)
Perú/2008/Drama***/Estrenos

viernes, noviembre 21, 2008

LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES


George Romero pensó esta película como una de “serie B” con actores poco conocidos, presupuesto bajo y para circular en lo que vendría a ser “cines de barrio”. No tenía demasiadas pretensiones, ni pertenecía tampoco al “star system” que le permita acceder a presupuestos elevados y estrellas conocidas, así que sin pena ni gloria se estrenó. Lo de “filme de culto” vino después, gracias sobretodo a los cinéfilos que les pareció sugestiva esta historia de zombies. Por cierto, no era la primera vez que el cine trataba el tema de los “muertos vivientes”, pero digamos que con Romero se popularizó e inspiró a otros realizadores a tratar de una u otra manera el tema. Todas las historias de zombies de Romero se centran en la misma estructura: un grupo humano es asediado por los muertos vivientes debiendo sobrevivir a toda costa, ello no quita que dentro del grupo de sobrevivientes existan conflictos que deban ser resueltos en forma crucial. La caracterización de los personajes es esencial para ser creíble la historia, así como los momentos en que “salta” el horror. La película tiene atmósfera, se “siente” el horror y nos deja en vilo de lo que vendrá después.
La noche de los muertos vivientes ha cumplido cuarenta años y si bien es posible que sus zombies parezcan muy lentos a las nuevas generaciones (incluso el ritmo de la película es un poco lento), ello no obsta en que se haya convertido en un referente obligado del cine de terror y de visión obligada para cualquier cinéfilo.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES [Night of the Living Dead]
Dir.: George A. Romero
Guión: John A. Russo y George A. Romero
c/ Duane Jones (Ben), Judith O'Dea (Barbra), Keith Wayne (Tom), Judith Ridley (Judy), Karl Hardman (Harry Cooper)
EEUU/1968/Terror***/Películas del ayer

martes, noviembre 18, 2008

CRIMEN OCULTO


Continuación del ciclo del realizador sobre el mundo adolescente y la muerte, suerte de parábola sobre la Norteamérica actual, muy lejos del “american dream”, cuya obra más lograda es Elephant. Esta vez aborda el mundo de los jóvenes que practican el skateboard, suerte de cofradía con rasgos comunes: adolescentes varones que hacen amistades de complicidades mutuas, siendo el deporte que practican una forma de desfogue de los problemas familiares. Lo más notable es esa fotografía morosa, que se soloza en los cuerpos adolescentes deslizándose en el monopatín, suerte de útero materno donde no hay tiempo ni problemas, mundo en el cual los adultos no pintan, o en todo caso son presentados en forma distante.
La cámara se regodea con esos cuerpos flexibles, plásticos, en una visión hedonista, totalmente desprejuiciada y atrevida. La anécdota (la muerte de un vigilante nocturno) es el pretexto para mostrarnos esos cuerpos púberes y flexibles al son del skate. Recordemos que Van Sant es homosexual confeso, por lo que en sus películas exhibe mucho los cuerpos masculinos, relegando a la mujer a roles secundarios como satisfadora sexual del hombre (el caso de Jennifer) o de amiga confidente (el caso de Macy), mientras que los hombres practican una amistad, digamos, “griega”. Con una estructura concéntrica, volvemos del pasado al presente, explicando cosas que se mantenían ocultas. Solo apta para cinéfilos.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


CRIMEN OCULTO [Paranoid Park]
Dir. y guión:Gus Van Sant, basado en la novela de Blake Nelson
c/ Gabe Nevins (Alex), Daniel Liu (Detective Richard Lu), Taylor Momsen (Jennifer),
Jake Miller (Jared), Lauren McKinney (Macy)
EEUU/2007/Drama***/Estrenos

jueves, noviembre 13, 2008

BARRY LYNDON


Stanley Kubrick (1928-1999) fue uno de los pocos realizadores que impuso un sello especial a sus filmes y que navegó, con bastante fluidez, en distintos géneros: la ciencia ficción (“2001”), el erótico-pasional (“Lolita”, “Ojos bien cerrados”), el bélico (“La patrulla infernal”, “Nacido para matar”), el histórico (“Espartaco”), el terror (“El resplandor”), la violencia futurista (“La naranja mecánica”), la parodia bélica (“Dr. Insólito”), o el drama histórico (“Barry Lyndon”). A cada uno le puso ese toque especial que tenía: distanciamiento con lo que narra, antihéroes que no llegan a alcanzar lo que tanto anhelan, encontrando la muerte o la destrucción personal al querer alcanzar sus deseos, y, como buen ajedrecista, la disposición “geométrica” de los cuadros escénicos, haciendo también uso bastante frecuente con la cámara de “travellings” (fue uno de los pioneros con la “steadycam”); así como un cada vez más cuidadoso diseño de la producción (él mismo era el productor de sus filmes) que lo llevaba a demorar en sus últimos proyectos años antes de plasmarse en la pantalla; prácticamente era el “hombre orquesta” detrás de la cámara. Era muy minucioso, muy cuidadoso en sus filmes, repetía la toma de una escena decenas de veces, nunca quedaba satisfecho con el trabajo final y sus rodajes duraban muchos meses (“Barry Lyndon” duró, sólo el rodaje, nueve meses). Tampoco era un tipo al cual le gustase la publicidad, de allí que no era mucho de declarar ante los periodistas, como hacen otros directores, y vivía apartado en su mansión de Inglaterra, donde radicó desde los años 60 (Estados Unidos, su país de origen, no le gustaba mucho). Murió en pleno proceso de edición de su obra póstuma “Ojos bien cerrados” cuando no había llegado todavía a los 72 años.

“Barry Lyndon” (1975), es una obra hermosa, quizás la que tenga la más acabada fotografía de sus filmes (Stanley Kubrick venía del mundo de la fotografía, de allí que cuidase mucho ese aspecto), basada en la novela homónima de William Makepeace Thackeray (autor poco conocido en la actualidad, pero que –me parece- es mejor que Dickens, de quien fue coetáneo), narra el ascenso y caída de un oportunista en la Europa del siglo XVIII. Narrada a modo de la novela picaresca, vemos al personaje recorrer distintos escenarios, países, conocer diversidad de gentes de todos los estratos sociales, viendo a través de los ojos de Redmond Barry su irresistible ascenso, conforme le van sucediendo las aventuras. Veremos en esa Europa donde era un desafío el ascenso a otra clase social (la movilidad social prácticamente no existía) como éste individuo osado y con un olfato para coger “al vuelo” las oportunidades que la vida le presenta ascender hasta la nobleza británica y posteriormente caer en la desgracia, víctima de su ambición.
Es cierto que vista treinta años después, a “Barry Lyndon” se le nota un academicismo (de allí que haya sido la única película de Kubrick que la Academia de Hollywood premió generosamente, aunque nunca sin conseguir el Oscar a la mejor película o el mejor director) y un acartonamiento relativo en su escenificación, con un manierismo fotográfico excesivo que resiente el conjunto de la obra; pero no se puede negar que sigue maravillando esa hermosa fotografía que fue la delicia en su época (Kubrick quiso utilizar sólo luz de velas para las escenas de interiores, pero era imposible desde el punto de vista técnico, así que se le tuvo que agregar bujías a las velas a fin de conseguir esa iluminación cálida) y una reflexión filosófica subyacente, que se torna evidente en el cartel del epílogo: al final la muerte es la gran niveladora de las personas, ricos o pobres, feos o bonitos, mujeres u hombres, a todos nos iguala y lo que hagamos o dejemos de hacer (y lo que acumulemos en éste mundo) al final queda acá, nada nos llevamos. Ese escepticismo del realizador –que se puede apreciar en otras de sus películas- es más evidente en “Barry Lyndon”: al final nos afanamos por conseguir dinero, fama, fortuna o poder y la muerte nos lo arrebata de un zarpazo.
“Barry Lyndon” merece verse y rendirle ese tributo a un cineasta que fue un gran profesional en su oficio y que comprendió y supo usar como pocos ese lenguaje totalmente distinto al escrito como es el lenguaje cinematográfico.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


BARRY LYNDON
Adaptada para el cine y dirigida: Stanley Kubrick
c/ Ryan O’Neal (Barry Lyndon), Marisa Berenson (Lady Lyndon)
UK/1975/Drama histórico***/Dvd/Películas del ayer

martes, noviembre 11, 2008

DIOSES


Son pocas las realizaciones nacionales que se atreven a enfocar el mundo de los de arriba. Uno de los problemas es la falta de experiencias personales de los jóvenes realizadores al pertenecer más bien a los sectores medios. El destino no tiene favoritos fue una excepción, pero en tono de farsa. Dioses es la mirada desencantada y hedonista de ese mundo visto desde arriba.

La trama enfoca las relaciones entre Elisa, una joven arribista, y Agustín, un próspero empresario cincuentón que decide traerla a la casa familiar la que pudo ser solamente una amante. Pero, también está la relación incestuosa de Diego hacia su hermana Andrea, el embarazo no deseado de esta, y los personajes comparsa de ese mundillo de chismes, frivolidades y cosas con las que pasar el tiempo (dibujados bastante esquemáticamente y donde el tono farsesco se nota más). En contraposición, está el mundo de las empleadas domésticas, que brindan afecto a Diego y que son el sostén de la casa. Hasta allí todo bien. Todos son bellos, todos son “darlings” (lograda escena en la cual Elisa posa junto a la empleada mirando una casa a lo lejos, por los rasgos étnicos parecen madre e hija) y como dicen las empleadas en su lengua materna, refiriéndose a sus patrones, “solo chupan, bailan y duermen”, que son las escenas en que los vemos recurrentemente.

Sin embargo, eso que funciona muy bien por separado, se nota como algo muy aséptico, muy limpio, una trama que avanza sin que se note una naturalidad en el discurrir de lo narrado. Todo es como un mecanismo de relojería, perfecto, con un guión muy trabajado, pero impostado, artifical. A las perlas les faltó el collar que las una. La decadencia de ese mundo está allí, de eso no cabe duda, pero más allá de lo visto no suscita mayores emociones, le falta algo de “suciedad”, que solo se refleja cuando Diego camina por las calles de El Agustino, y que “lo sacudirá” para decidirse qué hacer con su vida (por lo visto será “un caviar”, con ONG propia terminados sus estudios de sociales); o cuando Elisa (el personaje mejor elaborado) visita a los suyos, orgullosa de haberse insertado en ese mundo, regresando triunfante a las raíces, ya convertida en una “diosa”, anunciando el inminente matrimonio con Agustín. En esas pocas escenas se nota “más vida” que en el mundo climatizado y limpio de los dioses (por cierto, la trayectoria de Elisa abre la película con la fiesta de “la presentación en sociedad” hasta su consolidación dentro de ese mundo en la escena del bautizo, convertida ya “en señora” de Agustín).

Dioses ha superado las fallas de su primer largo, pero a costa de un relato frío, sin vida y que a veces parece impostado. Por lo demás, Josué Méndez destaca como un buen realizador, con universo y estilo propio, buen manejo de actores y cuya continuidad merece seguirse.
En cuanto a actuaciones, excelentes las de Maricielo Effio y Edgar Saba, y en cuanto a los secundarios cabe destacar el breve rol de Pilar Brescia, ya “tía”, y actriz bastante desaprovechada últimamente en las producciones nacionales.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


DIOSES
Dir. y guión: Josue Mendez
c/ Maricielo Effio (Elisa), Anahí de Cárdenas (Andrea), Sergio Gjurinovic (Diego), Edgar Saba (Agustin), Pilar Brescia (Pilar)
Perú/2008/Drama***/Estrenos

sábado, noviembre 08, 2008

LOS ÚLTIMOS DÍAS


Basada libremente en los últimos días de la vida del vocalista de “Nirvana”, Kurt Cobain, Gust Van Sant así como en “Elephant” propone un retrato de atmósferas más que de acción propiamente, de sentimientos muy arraigados internamente y a nivel sociológico un retrato de la juventud norteamericana sin horizonte y a la deriva (igual que en “Elephant” los protagonistas son marginales, “outsiders”, perdedores que el sistema ha desechado). Con “Last days”, Gus Van Sant filmó el tercer largo donde aborda la muerte y el mundo adolescente, y que comenzó con “Gerry” (2002), le siguió “Elephant” (2003), “Last days” (2005), y ha cerrado con “Paranoid Park” (2007), de reciente estreno entre nosotros.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


LOS ÚLTIMOS DÍAS [Last days]
Dir.: Gus Van Sant
c/ Michael Pitt (Blake)
EEUU/2005/Drama***/Las que nunca se estrenaron

jueves, noviembre 06, 2008

EL SECRETO DE LOS INCAS


Una de las viejas películas en que se inspiró el personaje de Indiana Jones fue El secreto de los incas. Al igual que el célebre arqueólogo, el aventurero Harry Steele (interpretado por un joven Charlton Heston) busca los tesoros escondidos de los incas en un imaginario Cuzco. Arrogante, autosuficiente, hábil con los puños y las mujeres e inteligencia despierta, el personaje de Heston tiene la indumentaria que haría famoso al Dr. Jones: la casaca, el clásico sombrero, solo faltó el látigo.
La película es entretenida, está llena de aventuras, pero no es apta para quienes busquen la “fidelidad histórica” de nuestro país, aunque es divertida en esa ingenuidad con que nos dibuja.
A propósito, aparece en rol secundario una también joven Yma Sumac, luciendo con sus cánticos que la hicieron famosa en el hemisferio norte. Oportunidad para apreciarla en todo su esplendor.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


EL SECRETO DE LOS INCAS [Secret of the Incas]
Dir.: Jerry Hopper
Guión: Ranald MacDougall y Sydney Boehm
c/ Charlton Heston (Harry Steele), Robert Young (Stanley Moorehead), Nicole Maurey (Elena Antonescu), Thomas Mitchell (Ed Morgan), Michael Pate (Pachacutec), Yma Sumac (Kori-Tica)
EEUU/1954/Aventuras***/Dvd/Películas del ayer

martes, noviembre 04, 2008

UNA GUERRA DE PELÍCULA


Las parodias son un sub género dentro de la comedia norteamericana que tiene logros notables como “Doctor Stangelove” (1964) de Stanley Kubrick que parodiaba las provocaciones belicistas en plena guerra fría. Precisamente, Ben Stiller incursionó detrás de las cámaras con Zoolander, una comedia que parodiaba el mundo de la moda y a los modelos. El balance fue bueno, aunque en ocasiones había excesos. Esta vez arremete contra las estrellas de Hollywood y el mundillo del glamour y los mitos de las “super stars”, parodiando un género yanqui por excelencia: el bélico. Los “guiños” a filmes de guerra ya clásicos como Apocalipsis ahora o Pelotón son evidentes, amén de contar con “un duro” del género en el reparto como el ya veterano Nick Nolte. Asimismo, como en Zoolander, Stiller le impone un toque de humor negro a la comedia, aunque esta vez lo trata de “estirar” lo más que puede con la explosión por una mina que mata al director de la película. Humor negro y cruel.

Un actor que se compenetra con su personaje a tal punto de obsesión que se aplica pigmentación bajo la piel a fin de parecer negro; otro que solo es “cara bonita” y cuya estrella va en descenso, un tercero que es drogadicto dependiente y no puede vivir sin la cocaína, y para remate un héroe falso en cuyas memorias se inspira el filme que se está rodando y que nunca luchó en Vietnam. Nos pinta un mundillo nada bonito, destrozando los mitos de las estrellas, así como quién manda realmente dentro de una película. No es el director como se supone, sino el productor, el que maneja los hilos, el quen tiene “la sartén por el mango”, amo de vidas y destinos, encarnado en un irreconocible Tom Cruise como el productor prepotente, arrogante y arbitrario, que se zurra en todo.

Si bien no es una gran película (a Stiller todavía lo domina el gag fácil, la vulgaridad y hasta lo chocante, amén de un narcisismo evidente al ser el protagónico), pero está mejor equilibrada que su primer largo, y se pasa un rato agradable.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


UNA GUERRA DE PELÍCULA [Tropic Thunder]
Dir.: Ben Stiller
Guión: Ben Stiller y Justin Theroux
c/ Ben Stiller (Tugg Speedman), Robert Downey Jr. (Kirk Lazarus), Jack Black (Jeff Portnoy), Nick Nolte (Four Leaf Tayback), Tom Cruise (Les Grossman), Matthew McConaughey (Rick Peck)
EEUU/2008/Comedia***/Estrenos