martes, noviembre 11, 2008

DIOSES


Son pocas las realizaciones nacionales que se atreven a enfocar el mundo de los de arriba. Uno de los problemas es la falta de experiencias personales de los jóvenes realizadores al pertenecer más bien a los sectores medios. El destino no tiene favoritos fue una excepción, pero en tono de farsa. Dioses es la mirada desencantada y hedonista de ese mundo visto desde arriba.

La trama enfoca las relaciones entre Elisa, una joven arribista, y Agustín, un próspero empresario cincuentón que decide traerla a la casa familiar la que pudo ser solamente una amante. Pero, también está la relación incestuosa de Diego hacia su hermana Andrea, el embarazo no deseado de esta, y los personajes comparsa de ese mundillo de chismes, frivolidades y cosas con las que pasar el tiempo (dibujados bastante esquemáticamente y donde el tono farsesco se nota más). En contraposición, está el mundo de las empleadas domésticas, que brindan afecto a Diego y que son el sostén de la casa. Hasta allí todo bien. Todos son bellos, todos son “darlings” (lograda escena en la cual Elisa posa junto a la empleada mirando una casa a lo lejos, por los rasgos étnicos parecen madre e hija) y como dicen las empleadas en su lengua materna, refiriéndose a sus patrones, “solo chupan, bailan y duermen”, que son las escenas en que los vemos recurrentemente.

Sin embargo, eso que funciona muy bien por separado, se nota como algo muy aséptico, muy limpio, una trama que avanza sin que se note una naturalidad en el discurrir de lo narrado. Todo es como un mecanismo de relojería, perfecto, con un guión muy trabajado, pero impostado, artifical. A las perlas les faltó el collar que las una. La decadencia de ese mundo está allí, de eso no cabe duda, pero más allá de lo visto no suscita mayores emociones, le falta algo de “suciedad”, que solo se refleja cuando Diego camina por las calles de El Agustino, y que “lo sacudirá” para decidirse qué hacer con su vida (por lo visto será “un caviar”, con ONG propia terminados sus estudios de sociales); o cuando Elisa (el personaje mejor elaborado) visita a los suyos, orgullosa de haberse insertado en ese mundo, regresando triunfante a las raíces, ya convertida en una “diosa”, anunciando el inminente matrimonio con Agustín. En esas pocas escenas se nota “más vida” que en el mundo climatizado y limpio de los dioses (por cierto, la trayectoria de Elisa abre la película con la fiesta de “la presentación en sociedad” hasta su consolidación dentro de ese mundo en la escena del bautizo, convertida ya “en señora” de Agustín).

Dioses ha superado las fallas de su primer largo, pero a costa de un relato frío, sin vida y que a veces parece impostado. Por lo demás, Josué Méndez destaca como un buen realizador, con universo y estilo propio, buen manejo de actores y cuya continuidad merece seguirse.
En cuanto a actuaciones, excelentes las de Maricielo Effio y Edgar Saba, y en cuanto a los secundarios cabe destacar el breve rol de Pilar Brescia, ya “tía”, y actriz bastante desaprovechada últimamente en las producciones nacionales.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


DIOSES
Dir. y guión: Josue Mendez
c/ Maricielo Effio (Elisa), Anahí de Cárdenas (Andrea), Sergio Gjurinovic (Diego), Edgar Saba (Agustin), Pilar Brescia (Pilar)
Perú/2008/Drama***/Estrenos

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