viernes, octubre 26, 2007

EL BUEN NOMBRE


El buen nombre es un proyecto ambicioso de la realizadora hindú afincada en Nueva York, Mira Nair, y es el más logrado, de los últimos, desde La boda del monzón, estrenado comercialmente entre nosotros hace algunos años atrás.

Narrar durante poco más de dos horas la historia de una familia bengalí asentada en Nueva York, en un arco temporal de treinta años no es fácil y se aprecia en el resultado final, bastante disparejo. Muchas veces Mira Nair ha debido optar por la elipsis o contar brevemente un episodio determinado. Lo mejor es la primera parte, la historia de la pareja que contrae un matrimonio en la India concertado por las familias, a la usanza tradicional, conociéndose recién en la pedida oficial de mano, emigrando luego a Norteamérica, lo cual conlleva un proceso de trasculturización pero que no les hace perder sus raíces, al punto que ella seguirá usando sus ropas tradicionales como en su tierra natal. Los personajes tienen densidad, son creíbles y se sigue con interés sus vicisitudes.

Lo menos interesante es la historia de los hijos. Nacidos en Estados Unidos, no sienten ya como suyos los valores culturales de sus padres. Son “citizens” antes que miembros de una casta hindú.

Quizás lo más resentible en el filme son las elipsis o saltos temporales y los resúmenes de episodios, que nos hacen quedar con un sabor agridulce en la boca, pero necesarios por el metraje, más acorde con una miniserie, por el abundante material, que para un filme de dos horas. El tema es interesante, la decisión de migrar a otras tierras por mejores oportunidades nos concierne a todos; así como el tratamiento, con esa óptica sociológica que posee la realizadora y se siente hasta en su película “histórica” La feria de las vanidades y que es huella indeleble de su estilo, siendo un deleite, solo por eso, ver sus filmes.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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