La película tiene dos partes: la primera narra como son los días en la casa de doña Pilar, una dama octogenaria que radica en una ciudad costera del Perú. Las rutinas son más o menos iguales desde el desayuno hasta la cena, acompañada de su fiel perra Tuna y de dos empleadas para el servicio: Consuelo, casi una amiga y cómplice de la señora de la casa, y la joven Milagros, quien se las ingenia para estar en contacto con su enamorado y el mundo externo (invisibilizado para la puesta en escena).
Esta rutina se rompe cuando con ocasión del cumpleaños de doña Pilar, una de sus hijas, Patricia, comunica que llegará a la casa acompañada de su joven hija que acaba de dar a luz y el esposo de esta.
Estamos ante uno de esos dramas minimalistas, donde cuenta el entretejido de las relaciones que se producen al interior de una solariega y tradicional casa de provincias (cuyo deterioro al igual que el de la señora de la casa es evidente). No hay referencias al contacto externo con el mundo, sino lo que pasará en las veinticuatro horas que se encuentren reunidas tres generaciones de mujeres, cada una con sus recuerdos, problemas y reacciones ante la vida. La realizadora decide auscultar minuciosamente ese mundo interior de cada mujer, sin caer en el didactismo y sin descuidar el detalle de la trama.
Evidentemente que los personajes mejor trabajados son los de doña Pilar y sus empleadas, las que a su vez reflejan no solo una relación de jerarquía, sino de afectos, principalmente entre Pilar y Consuelo. Ello no quita que los otros personajes estén en forma, como Patricia, quien se dispone a suceder a su madre en el puesto de “mater familia” cuando esta ya no se encuentre en este mundo, o la hija de Patricia, con el problema de no poder dar de lactar a su primogénita. (El único personaje que parece “decorativo” es el que interpreta Giovanni Ciccia).
Película acerca de mujeres y hecha por mujeres, algo poco frecuente en la cinematografía peruana, confirma el dicho de raza le viene al galgo, y esta vez por partida doble, en vista que la joven directora es hija no solo de Francisco Lombardi, sino de la poeta y guionista Giovanna Pollarolo.
Debut en el largo con buen pie de Joanna Lombardi, engrosando la cantera de jóvenes cineastas junto a Claudia Llosa y Rosario Garcia-Montero; confirmando que, al parecer, para los dramas intimistas tienen más sensibilidad las mujeres realizadoras que sus colegas varones.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es
CASADENTRO
Dir y Guión: Joanna Lombardi
c/ Élide Brero (Pilar), Delfina Paredes (Consuelo), Stephanie Orúe (Milagros)
Perú/2012/Drama***+/Estrenos
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