miércoles, enero 20, 2010

DESAGRAVIO A UN MARCIANO LLAMADO DESEO


Un marciano llamado deseo fue injustamente “maleteada” cuando fue su estreno, maleteo en el cual me incluyo cuando estaba a cargo del foro de cine en informalisimo.com.

Es cierto que no es un gran filme ni pretende representar un universo propio como Álvaro Velarde o Josué Méndez, dos realizadores que también debutaban por aquellos años con paso seguro, pero tampoco es el adefesio que se pretendió.

Desde su estreno, hace seis años, no la volví a visionar hasta que hace poco la trasmitieron por la televisora estatal. La distancia permite apreciar que era una comedia con cierto encanto, una comedia en tono de farsa, donde el personaje principal, Jorge, como muchos jóvenes vive alienado con la idea de emigrar a Estados Unidos, lugar considerado como el paraíso y la solución a sus problemas no solo laborales, sino de vivir lejos de un país que él considera como degradante, horrible y de mal gusto. Pero, su eventual “pasaporte” para emigar, “la rubia tonta” Shirley, está en lo mismo, solo que a nivel global. Para ella el mundo es horrible y su liberación consiste en escapar de la tierra a un planeta más avanzado en términos civilizatorios. Demás está decir que es uno de esos turistas del “new age” que creen que Machupicchu fue construido por los extraterrestres y el Cuzco es poco menos que un aeropuerto intergaláctico.

Es en ese contrapunto, donde ambos se utilizarán para buscar una falsa solución a sus problemas, que encuentra sentido la comedia, apoyado por una serie de personajes igualmente caricaturescos. Todo en un tono de farsa, hasta ese Cuzco de piedras de cartón y personajes robotizados como Data, tributario de la serie Viaje a las estrellas. Nadie en su sano juicio puede creer que ese Cuzco descrito en el filme es el real, sino que está distorsionado deliberadamente.

Como en toda farsa, al final tendrá que revelarse la verdad, sea impuesta por los hechos o premeditada, y una “lección moral”, que será el encontrarse a si mismos y valorar lo que se tiene al lado, tanto en Jorge como en Shirley.

Es verdad que el desarrollo de la trama adolece de baches narrativos y que la calidad técnica del acabado no es de lo mejor tratándose de una película; pero en su haber está la dirección de actores, el sonido trabajado y una historia que mejor llevada habría merecido un mejor final. No obstante ello, se deja ver, manteniendo su frescura a pesar de los años.

Eduardo Jiménez J.

lagartocine@yahoo.es


UN MARCIANO LLAMADO DESEO

Dir y guión: Antonio Fortunic

c/ Christian Meier (Jorge), Robin Hunter (Shirley), Bruno Odar, Mónica Sánchez, Aristóteles Picho,

Adolfo Chuiman, Marco Aurelio Denegri (como él mismo)

Perú/2003/Comedia**/Tv/Películas del ayer


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