sábado, junio 24, 2006


POSEIDÓN [Poseidon]
Dir.: Wolfgang Petersen
c/ Kurt Russell (Robert Ramsey), Josh Lucas (Dylan Johns), Richard Dreyfuss (Richard Nelson)
USA/2006/Catástrofe+++/Cine

El cine catástrofe tuvo su apogeo en la década del 70 con películas como Terremoto, Infierno en la Torre, Aeropuerto. Dentro de ese subgénero cinematográfico se inscribió La aventura del Poseidón (The Poseidon Adventure, 1972), de Ronald Neame, que sin ser una gran película tenía como argumento original –basado en una novela de Paul Gallico- la sobrevivencia de un grupo humano al interior de un barco volteado panza arriba, tras haber sido sacudido violentamente por una ola gigante en la medianoche del Año Nuevo, argumento que lo diferenciaba de Titanic (que fue impactado por un iceberg, y dicho sea de paso, Poseidón es una ficción, jamás ocurrió en la realidad a diferencia de Titanic). Lo cual estaba acompañado de un elenco de primera y que es imposible olvidar pese a los años: Gene Hackman como el escéptico reverendo Frank Scott que perdió la fe en su Dios y que será sometido a una durísima prueba, o el gran Ernest Borgnine o la siempre recordada Shelley Winters en uno de sus últimos papeles.

Cuando se hace un remake es forzoso hacer las comparaciones, siempre y cuando, claro, se haya visto el filme original y uno no se deslumbre ingenuamente por los efectos especiales. Y las diferencias son notorias entre uno y otro, tanto en tratamiento como en resultado.

En principio, no encontramos esa riqueza interior de los personajes y su confrontación que tenían al interior del grupo. Imposible olvidar a Gene Hackman cuando a punto de morir blasfema contra su Dios pero sin olvidar sus votos de solidaridad con sus congéneres en peligro, por quienes sacrifica su vida (esa escena vale por mil palabras sobre lo importante que son los actos de comportamiento humano antes que el formalismo farisaico de los que siguen sin creer las practicas rituales de alguna religión). O a Shelley Winters apoyando con ternura y fuerza a su anciano esposo para sobrevivir y donde ella, paradójicamente, más bien encontrará la muerte. De ese dramatismo carece el remake.

Y es que el cine de catástrofe no es sólo la catástrofe (valga decir el terremoto, el incendio, el avión que se cae o la ola que voltea un barco), sino como un grupo humano se comporta frente al mismo, sacando sus fortalezas y sus debilidades, sus peores defectos y sus virtudes, y donde es básico por tanto la performance en la caracterización de los personajes.

Igual pasa en el resultado final. Ha primado los efectos especiales pero en detrimento del dramatismo que requería el argumento, limitándose Petersen –por lo general buen artesano- a un relato de acción de principio a fin con obstáculos de por medio que deberá sortear el grupo (que lejano de un anterior trabajo suyo que sucede también en el mar, La tormenta perfecta, 2000-, mucho mejor que Poseidón).

A propósito, se ha dicho que existe una escena racista matafórica de cómo nos ven a los latinos en Estados Unidos. Quizás sea cierto, a veces aflora el inconciente colectivo sin querer y sale lo que no podemos decir abiertamente. Existe una escena en que Richard Dreyfuss está colgado en el conducto de un elevador y para que éste no se le venga encima debe zafarse del camarero latino Valentín que se aferra a su pierna a fin de no caer al abismo. Como quien se zafa de un bulto, Dreyfuss de una patada se deshace del desdichado camarero, muriendo el pobre aplastado por el elevador que se le vino encima. Es probable que así nos vean los WASP (White Anglo-Saxon Protestant) en Estados Unidos, como un bulto molestoso del cual se deben zafar en los momentos de riesgo. Notable metáfora y lo más gracioso es que no haya sido planeada concientemente ni por el realizador ni por el equipo de producción. Freud tenía mucha razón.

Poseidon es sólo para pasar el rato, pero no iguala al original. Nos quedamos con la primera, la cual perdurará en el recuerdo.

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