martes, abril 27, 2010

LA PUERTA DEL CIELO TREINTA AÑOS DESPUÉS


La Puerta del cielo fue un fracaso comercial bastante sonado en su época que incluso llevó a la quiebra a los estudios United Artist. Michael Cimino, el director y guionista, venía consagrado por el Oscar a El francotirador, una película polémica sobre la guerra de Vietnam y que muchos confundieron con una posición “dura” y patriotera frente al conflicto. Sea como sea, le valió el Oscar a Cimino y por consiguiente se le abren las puertas de los grandes estudios. Su siguiente proyecto era un western, género en declive por aquellos años, pero a pesar de todo consiguió financiamiento. El proyecto fue creciendo en costos durante el rodaje, pero, a pesar de ello, los productores siguieron poniendo dinero. Cimino comenzó a rodar más escenas (muchas innecesarias como se aprecia en la versión original) y al final se tuvo una película de más de tres horas y media de duración.

El filme no gustó ni a la crítica ni al público, y viendo la versión original es natural. No era el clásico western donde los buenos pelean contra los indios o los bandidos, sino era un western atípico: la película narraba un genocidio cometido a fines del siglo XIX por unos terratenientes que deseaban expulsar de sus tierras a los inmigrantes pobres que, para sobrevivir, debían robar ganado a fin de mantener a su familia. Por eso alguien calificó a La puerta del cielo como el primer “western socialista”, porque planteaba la lucha de clases. Los pobres se unen bajo el liderazgo de un desclasado de la clase oligarca (James Averill, interpretado por un joven Kris Kristofferson), a fin de resistir. Es la unión de los pobres, de aquellos que no tienen nada que perder en la lucha. Marxistamente hablando sus propias cadenas son su solución de liberación.
La cinta narra también los nexos entre el poder económico y el poder político que se hace de la “vista gorda” frente a la matanza que se pretende perpetrar. Era un western a todas luces bastante sui generis.

A la semana del estreno los productores la retiraron y para recuperar siquiera algo de los costos hicieron una versión más corta donde prevalecen los momentos de acción, añadiendo un falso final (en la versión original Ella es asesinada y Averill retorna a su clase, lo cual marca un fracaso en la vida de estas personas; mientras en el “falso final”, Ella y Averill se casan y supuestamente “viven felices”).

Fue el fin de la meteórica carrera de Michael Cimino, por lo menos en lo que a grandes proyectos se refiere y el comienzo de una leyenda “maldita” en torno al filme, que dicho sea tiene sus méritos y un trasfondo ideológico innegable. No solo la carga “social”, bastante evidente, sino el planteamiento existencial de que somos incapaces de eludir nuestra condición de clase. Averilll pertenece a la clase dominante, privilegiada, y por más que ha querido dejar ese rol tomando el puesto de un humilde sheriff del oeste, le es imposible, regresando a su origen clasista, cerrando la película con un pesimismo bien marcado (a diferencia del inicio optimista, brillante, de la graduación en Harvard). Otros, como su amigo Billy, prefieren “seguir a su clase” a pesar que están en contra, mientras que Frank Canton mantiene su opción clasista totalmente.

Es cierto que la película adolece de un metraje excesivo, existen muchas escenas que están demás, sin embargo ello no quita el interés en un filme bastante interesante y que cuenta entre sus protagónicas a una joven Isabelle Huppert que sería después una de las actrices más reconocidas de Francia y Europa.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es


LA PUERTA DEL CIELO [Heaven's Gate]
Dir y guión: Michael Cimino
c/ Kris Kristofferson (James Averill), Christopher Walken (Nathan D. Champion),
John Hurt (Billy Irvine), Sam Waterston (Frank Canton), Isabelle Huppert (Ella Watson), Jeff Bridges (John L. Bridges)
EEUU/1980/Western***/Dvd/Películas del ayer

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