viernes, mayo 09, 2008

LOS SOÑADORES


El Mayo francés visto a través del filtro del tiempo.

Una de las últimas películas de Bertolucci, Los soñadores, es un canto de elegía de una época tan convulsa y renovadora como la de los años sesenta, vista con la mirada reposada que solo concede el tiempo (según el realizador quiso hacer una película que reflejara la triple revolución que se produjo: la cinematográfica, la sexual y la política del mayo Francés). Visión crítica y a veces desencantada de una época en que los jóvenes pequeño burgueses jugaban a la revolución bien protegidos por papá. Los íconos de aquel tiempo están impregnados en el filme: los posters de Mao, las lecturas marxistas, la muerte de Dios, el asalto y “transformación” de la sociedad. Son los años en que Sartre le ganó a Camus, y la intelectualidad francesa giró casi toda a las distintas formas de marxismo y sus combinaciones a veces media rocambolescas con el estructuralismo y el sicoanálisis. En eso, Francia siempre ha sido el centro del pensamiento.

Pero, Los soñadores también es un recuerdo de los años celebratorios de la cinefilia, de la gloriosa Cinemateca francesa, donde el propio Bertolucci se formó como cineasta, de la nueva ola, de las películas clásicas y modernas que aquellos jóvenes devoraron con fruición. Los “guiños” y citas cinematográficas son constantes y cálidas, son los recuerdos más apreciados, más queridos y mejor guardados en la memoria, y los que mejor expresa el filme, vistos con la distancia que permite solo el tiempo, y donde la edad de los protagonistas es la que tenía el realizador en aquellos años.
El departamento donde se desarrolla gran parte de la historia representa el útero materno, la protección y la seguridad frente a la hostilidad del mundo, donde los dos hermanos, junto a su amigo, pueden jugar tranquilamente a la revolución y a hacer el amor. Como sucede en otros filmes de Bertolucci, la relación cuasi incestuosa de los personajes es una constante que explica sus actos, y como deudor tributario del maestro Visconti, los cuerpos desnudos y revueltos son un regocijo sensorial, un canto a la desnudez inocente y pura. Apreciar esos cuerpos desnudos es retrotraernos a nuestra más remota infancia.

Los soñadores al final despertarán de su sueño, cuando la brusca realidad, representada en la guardia de asalto, desbarate su utopía y su revolución de letras y consignas de un mundo mejor y marque el comienzo del fin de una época que ya no volverá.

Si bien Los soñadores se estrenó hace un par de años en nuestro país, casi pasó desapercibida la exhibición al darse en una solitaria sala del CC de la Católica a la que es imposible a veces acceder por razones de horario o de distancia en una ciudad con más de siete millones de habitantes, por lo que ahora está disponible en dvd para quienes aprecien la trayectoria de un realizador que conoció mejores momentos (El conformista, El último tango en París, Novecento y La luna son la cúspide de su obra), pero que a pesar de eso se deja ver y es superior a cualquier blockbuster tradicional que llega a nuestras costas. Vale la pena, aprovechando que estamos en el mes de la celebración de los cuarenta años de Mayo 68.
Eduardo Jiménez J.
lagartocine@yahoo.es


LOS SOÑADORES [The dreamers]
Dir: Bernardo Bertolucci
Guión: Gilbert Adair; basado en su novela "The holy innocents"
c/ Michael Pitt (Matthew), Eva Green (Isabelle), Louis Garrel (Theo)
UK-Fra-Ita/2003/Drama***/Dvd/Películas del ayer

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