martes, octubre 17, 2006


LA PRUEBA
Dir.: Judith Velez
c/ Jimena Lindo (Miranda), Pietro Sibille (Saúl), Gianfranco Brero (Ignacio)
Perú/2006/Drama+++

Es curioso como dos filmes peruanos pueden tener apreciaciones distintas en la crítica local escrita. Mientras algunos “críticos” obviaron su deber de imparcialidad al comentar el filme Madeinusa, confundiendo su función en la prensa con la de profesores de la alumna que hacía su debut en la pantalla grande, esos mismos críticos encuentran ahora “defectos” en el también filme peruano La prueba, lo que no encontraban ni por asomo en la película de Claudia Llosa.

La prueba es también una ópera prima. Su realizadora, Judith Velez, ha tenido cuidado en seleccionar su casting con actores que poseen una performance bastante convincente y profesional, que sostiene el filme de principio a fin (lo que no sucedía con Madeinusa, donde la escasez interpretativa hacía decaer el filme en ciertos tramos), y sobretodo es sostenido por la interpretación de Jimena Lindo a lo largo de la proyección.

Filmado a modo de una “road movie”, como éste tipo de películas el camino recorrido no es tan importante como la experiencia vital del personaje central, reflejado en su contacto –por lo general bastante conflictivo- con los personajes que se tropieza en el camino, en el caso presente, con Saúl, ingeniero hidráulico con quien recorrerá gran parte del camino y que es la antípoda de Miranda: vital, solidario con sus paisanos, ahoga su egoísmo en un gran amor colectivo por su terruño y su gente. Miranda en cambio es un personaje taciturno, melancólico, que arrastra una gran carga encima suyo (“la prueba”) y que deberá enfrentarse a su pasado en ese viaje que tiene algo de regreso a un tiempo ido, amargo unas veces otras placentero (de allí los flash backs).

Precisamente estos “críticos imparciales” (pero parcializados con la ex alumna) le han criticado a la realizadora de La prueba el uso de los flash backs, como “inncesarios”. No creo que lo sean tanto, precisamente al ser el viaje que emprende Miranda un retorno al pasado, los flash backs (retornos instantáneos a un tiempo pasado) tienen como función ilustrar los momentos que atraviesa, los cuales son evocados por la protagonista. Lo que tal vez existe es un defecto a nivel de guión, al “verbalizar” la protagonista los recuerdos presentados en la pantalla, en vez que estos fluyan sin tanta explicación, lo que habría sido más sugestivo.

El desenlace también es interesante y permite reinterpretar el comportamiento de Miranda a la luz de lo que expone, por tanto ese período de duelo y dolor se encuentra plenamente justificado y el viaje más bien es un ajuste de cuentas con el pasado, exorcizar ciertos recuerdos dolorosos que los ha cargado durante tantos años y liberarse de ese gran peso que traía consigo. Precisamente la sequía de la zona es síntoma de lo que pasa la protagonista por dentro, así como la lluvia final, lluvia bendita, es el reflejo de la liberación de ese espíritu, al descargar esas nubes preñadas el agua contenida en su dolor. La prueba la atraviesa la protagonista en forma satisfactoria. Se ha liberado de ese pasado agobiante y ha cumplido su misión.

La prueba sin ser una “gran” película (tiene fallos como toda ópera prima), es una buena película, que se deja ver. No es concesiva para el gran público como podría ser Mañana te cuento, ni se “vende” para un turismo exótico for export como sería Madeinusa. Es una película que se asienta en el justo medio.
Podemos decir que la realizadora pasó “la prueba” de su primer largo con éxito.
lagartocine@yahoo.es

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