Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Terminator fue una de las
franquicias más exitosas de los últimos treinta años. Terminator (1984) describía un mundo de pesadilla gobernado por las
máquinas en franca rebelión al hombre. Lidante con el apocalípsis, Skynet –la
computadora central- decide eliminar todo vestigio humano, trasportando a un
Terminator a 1984 a fin que elimine a Sarah Connor, madre del líder de la
resistencia, John Connor.
Pero, mucho mejor fue la segunda entrega, Terminator 2: Judgment Day (1991), donde
se utilizaron trucajes digitales en un –en ese momento- incipiente avance de la
técnica. La propuesta dejaba un futuro abierto a variables distintas a la
original.
La tercera y cuarta entrega fue girar sobre
lo mismo, a tal punto que la franquicia parecía agotada; de allí que esta
quinta entrega es una suerte de reboot
o reinicio de la saga, para lo cual se ha contado con Alan Taylor, quien viene
del mundo de la televisión y cuenta en su haber con varios episodios de la
serie fantástica Juego de Tronos.
La saga tiene dos personajes que le dan vida
y color: el Terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger, primero de
“malo” y luego de protector; y el otro personaje es Sarah Connor, interpretado
magistralmente por Linda Hamilton y ahora por Emilia Clarke (la “madre de los
dragones” Daenerys Targeryen en la serie Juego de Tronos).
Los dos personajes son eje en cualquier propuesta (incluso se hizo una
serie para televisión con el título de Las
crónicas de Sarah Connor), de allí que en esta entrega vuelven a estar presentes en rol
protagónico.
Contar con Arnold
Schwarzenegger, luego de su breve paso por la política, era asegurarse la mitad
del crédito. Han sabido considerar el paso del tiempo y si bien hace de un
robot, es uno con piel humana, de allí el explicable envejecimiento,
otorgándole un tono más actual a la edad real del actor. Y Emilia Clarke le da
un toque de juventud y frescura al personaje de Sarah Connor, aunque nos parece
sin estar a la altura del protagonizado por Linda Hamilton en las dos primeras
entregas.
Pero si bien los dos personajes eje estaban
asegurados, faltaba un guión que no sea repetitivo, pero que guarde ciertas
reminiscencias con el pasado. De allí que parezca medio rocambolesco en algunos
giros que propone, como pasar de “bueno” a “malo” al personaje de John Connor o
efectuar cambios en los hechos acaecidos en el pasado (el 1984 es diferente en
acciones al de la primera versión, así como el comportamiento de los
personajes). Tenemos “guiños” a las primeras películas como el T-1000 (el
“robot líquido”) de la segunda entrega o el combate cuerpo a cuerpo entre el
Terminator de la primera versión con un Schwarzenegger luchando consigo mismo,
gracias a los trucajes digitales. Por lo demás, el resto ya es conocido: persecuciones
espectaculares, luchas y explosiones por doquier.
Terminator
Genisys,
sin ser nada del otro mundo (imposible compararla en creatividad y riesgo con
el reinicio de, por ejemplo, la saga de Mad Max), cumple. Los que vimos las
primeras entregas ya no nos sorprendemos mucho, en cierta forma es más de lo
mismo; y, al parecer, con episodios a futuro ya asegurados.
TERMINATOR
GÉNESIS [Terminator Genisys]
Dir: Alan Taylor
Guión: Laeta Kalogridis, Patrick Lussier
c/ Arnold Schwarzenegger (Pops), Jason Clarke (John Connor), Emilia
Clarke (Sarah Connor), Jai Courtney (Kyle Reese), J.K. Simmons (O'Brien),
Byung-hun Lee (Cop / T-1000)
EEUU/2015/Acción, CF***/Estrenos