Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Es poco usual que venga a
estas tierras una película australiana. Luego del auge de su cine, acaecido en
los años ochenta del siglo pasado (y que en gran parte se pudo apreciar por acá),
devino un eclipsamiento casi total. (Por cierto buena parte de dichos
realizadores migraron a Hollywood, con resultados bastante pobres en su
filmografía).
Hasta donde sabemos, es el
primer largo de Jennifer Kent, más conocida como actriz; pero acomete su ópera
prima con brío e inteligencia.
Amelia es una viuda joven,
que tiene a su cargo al pequeño Samuel, huérfano el mismo día que él nació, al
sufrir su padre un accidente. El niño supuestamente tiene alucinaciones (ve al Babadook, suerte de “cuco”), teniendo un
carácter bastante inestable y nervioso. Por otra parte, la madre no ha hecho el
duelo interior a fin de superar la pérdida del esposo, y ni se da cuenta que un
compañero de trabajo (Robbie) la corteja, teniendo como único soporte emocional
y material a su hermana Claire.
Lo interesante es que se
crea una atmósfera donde todo parece que es producto de las alucinaciones del
pequeño Samuel, estando más por el camino del thriller sicológico que del
terror propiamente. Es lo mejor de la película, las dos terceras partes que se
mueven en un terreno ambiguo entre el terror y el desequilibrio emocional del
niño (y por extensión también de la madre). La directora maneja con buena mano
los ambientes claustrofóbicos de la casa donde se desarrolla la mayor parte del
filme, y es tributaria –como ya se ha anotado- de lo mejor de Polanski y del
Kubrick de El resplandor.
El tercio final es más
efectista. Ya el mostruo se desarrolla en toda su magnitud, los efectos
especiales cobran mayor relevancia y es tributaria igualmente de El exorcista. Es la parte, quizás, más
convencional.
Lo que sí es peculiar, es
la resolución del conflicto. No sucede como en las películas de terror donde
“ganan los buenos derrotando al mal” (o también gana el mal), sino se produce una
suerte de empate o convivencia, con la presencia del mal, que se aposenta
sintomáticamente en el sótano, donde se guardan los recuerdos; y, en clave
sicológica, relacionado con el inconciente, llegando la protagonista a convivir
consigo misma, con su pasado, con “los monstruos de su pasado” para ser más
preciso, a fin de enfrentar nuevas experiencias. Interesante final.
BABADOOK [The Babadook]
Dir
y Guión: Jennifer Kent
c/ Essie
Davis (Amelia), Noah Wiseman (Samuel), Tim
Purcell (The Babadook), Daniel Henshall (Robbie), Hayley McElhinney (Claire)
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