Stephen Frears es un realizador británico
que se caracteriza por contar pequeñas historias pero con un trasfondo humano y
cargadas, más de un vez, de cierto lirismo y de un aire de dignidad de los personajes,
más allá de sus apariencias y por más que se encuentren en situaciones
difíciles. En el presente siglo películas interesantes de Frears fueron: Alta
fidelidad, Mrs. Henderson presenta y La reina.
Esta vez Frears toca un tema espinoso
y delicado: las adopciones forzosas que la Iglesia Católica establecía
para los niños producto de relaciones extramatrimoniales, generalmente de
muchachas menores de edad.
Estamos en los años 50 y tener un hijo
extramatrimonial era un estigma social (era considerado como “hijo del pecado”
o la concupiscencia), por lo que los orfanatorios administrados por la Iglesia Católica buscaban
colocarlos en familias que no podían tener hijos. Existía un estipendio
económico (una “donación”) que se realizaba a favor de la Iglesia una vez concretada
la adopción (es uno de los hechos más criticables en el filme, al existir un
lucro de por medio en las adopciones que realizaban los orfanatorios
católicos).
Philomena es una joven que tiene un
embarazo no deseado, siendo adoptado su hijo por una familia norteamericana. Ya
al final de su vida quiere saber qué fue de ese hijo dado en adopción a la
fuerza cincuenta años atrás. Circunstancialmente se contacta con Martin
Sixsmith, un periodista de la BBC
que cae en desgracia bajo el gobierno laborista de Blair, por lo que entre
resignado y en vista que no existe a la vista un mejor trabajo, decide tomar el
reportaje de Philomena e iniciar el largo camino para encontrar al hijo
perdido.
Estamos ante esas películas de
búsqueda, donde más importante que lo hallado es el interactuar de los
personajes, casi siempre opuestos en todo: Philomena, a pesar de lo sufrido,
sigue siendo una católica devota, Martin es un descreído. Una ve “la mano de
Dios” en todo, para el otro los hechos son producto del azar. Y en ese
interactuar ambos irán descubriendo cualidades en el otro y un respeto a su
forma de ser y pensar; mientras la película va intercalando espacios temporales
del pasado de la joven Philomena por medio de flash backs, dándonos un contexto
mejor de la historia y el personaje.
Por lo delicado del tema, gracias al
tratamiento, el filme no cae en recargar las tintas (y devenir en melodrama)
sino que se permite unas cuotas de humor o de relajamiento que lo hacen más
llevadero, convirtiéndolo en una pequeña joya.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es
PHILOMENA
Dir: Stephen Frears
Guión: Steve Coogan y Jeff Pope (screenplay), basado
en el libro de Martin Sixsmith The Lost
Child of Philomena Lee
c/ Judi Dench (Philomena), Steve
Coogan (Martin Sixsmith), Sophie Kennedy
Clark (Young Philomena), Barbara Jefford (Sister
Hildegarde)
UK/2013/Drama****/Estrenos