miércoles, septiembre 17, 2014

PERRO GUARDIÁN

Por: Eduardo Jiménez J. 
        ejj39@hotmail.com

Creo que a estas alturas ya no cabe duda del boom de producciones nacionales que llegan a las salas comerciales, fenómeno que no se explica únicamente por el “desembalse” de proyectos fílmicos, sino demuestra la tenacidad de jóvenes realizadores que, en circunstancias adversas, se atreven a realizar su primer largometraje, facilitado en gran medida por la rebaja en costos que implica el uso del digital. Su opción es el llamado “cine de género” (comedia, drama, thriller), con el cual pueden “conectar” con el gran público, desinteresado en las producciones nacionales por largos años. Si la tendencia continúa y se consolida podemos hablar ya de una nueva generación en el cine peruano que, a diferencia de la generación de Lombardi y compañía, se forja en las condiciones que impone el mercado y no en el apoyo estatal directo (que sigue siendo necesario). De esa generación pueden salir obras interesantes como Asu mare o la bajo comentario Perro guardián. Veremos.

Esta vez la producción viene de la mano de un dúo de jóvenes directores que en asociación con Carlos Alcántara como estrella principal (deseoso de ampliar su registro actoral más allá de lo cómico), trae un thriller que alude a un hecho de nuestra historia reciente: la amnistía que a mediados de los años noventa concedió el gobierno fujimorista a los militares que violaron derechos humanos en la lucha antisubversiva y como, pocos años después, con la restauración de la democracia, ello queda sin efecto y se produce el proceso judicial a muchos que perpetraron atrocidades al amparo del poder del Estado.

En ese contexto histórico se introduce la historia ficticia de “Perro” (Carlos Alcántara), exmilitar destacado en el pasado a las zonas subversivas, ejecutor extrajudicial implacable, y dedicado en la actualidad al sicariato.

Lo interesante no es tanto las acciones criminales que realiza el personaje, sino ese conflicto interno no verbalizado que lo va haciendo dudar de los actos que comete. Para ello es importante la tensión del personaje, esa contención de fría serenidad que en cualquier momento está a punto de estallar (como en la escena del mendigo redimido que sube al bus a pedir limosna). Esa tensión solo se manifiesta con ciertos gestos del personaje en el escenario de una ciudad igualmente agresiva, “chirriante” en sus sonidos, una ciudad que es retratada en sus aspectos más sórdidos, acompañado de una fotografía fría y de tonos oscuros.

Existen personajes claves que sirven para llevar adelante la trama como “El Apóstol” (un extraordinario Reynaldo Arenas que regresa al cine luego de mucho tiempo), personajes (aparentemente) redimidos como El padrino o la niña desamparada (Mayra Goñi) que despierta el lado paternal de “Perro”.

En ese extremo se ha comentado la similitud con Taxi Driver (la redención del pecado, la purgación por medio del fuego, la niña que representa el ángel que debe ser liberado); pero el diseño del personaje principal no es tanto el del célebre filme de Scorsese, sino por su laconismo y escasa gestualidad del personaje central, más se parece al León del filme de Luc Besson, El profesional.

El final abierto, donde el personaje huye con la chica en medio del desierto (símbolo de la soledad) invita a una posible secuela.


PERRO GUARDIÁN
Dir: Bacha Caravedo, Chinón Higashionna
Guión: Bacha Caravedo
c/ Carlos Alcántara (Perro),  Reynaldo Arenas (Apóstol), Ramón García (El Padrino), Mayra Goñi (Milagros), Miguel Iza (Mendieta), Juan Manuel Ochoa (Ormeño)
Perú/2014/Thriller***/Estrenos


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