lunes, marzo 03, 2014

EL VIENTRE

Daniel Rodríguez Risco (Lima, 1959) es un caso sui generis en el cine peruano: formado en economía, a su regreso se dedica al negocio educativo, llegando nada menos a ser rector de una universidad nacional. Hacia fines de los noventa obtiene una maestría para estudiar cine en los Estados Unidos y “el bichito” de la realización prende en él, abandonando posteriormente sus negocios habituales y volcándose de lleno al cine y a la escritura. Su primer largo, El acuarelista (2008), se estrena cuando ya el realizador bordeaba los cincuenta años de edad. A la sazón cuenta con cinco cortos y dos largometrajes; aparte de una novela corta y un libro de cuentos.

Y si bien es un hombre que comienza tardíamente en la realización, ello tiene una ventaja: posee una experiencia vital y libresca de la cual carecen los jóvenes realizadores y que se evidencia desde el primer largometraje (firmado como Daniel Ro), una peculiar e interesante comedia del absurdo, sobre la imposibilidad de pintar el protagonista una acuarela. Se notaba en algunos trazos y en las atmósferas creadas por los espacios cerrados, la presencia de Roman Polanski y su cinta El inquilino.

Esta vez Daniel Rodríguez decide hacer una película “de género”, en especial un thriller sicológico que tiene, salvando las distancias, a Alfred Hitchcock como modelo mayor (es evidente la influencia en los caracteres de los personajes y la atmósfera que los rodea –no en la historia- el filme Rebeca del maestro inglés).

Una mujer en sus cuarenta (Silvia) vive aislada en una casona en un pueblo remoto, buscando una empleada que atienda los asuntos de la casa (Mercedes). Junto a Silvia vive temporalmente un mochilero (Jaime) que hace trabajos de reparación en su casa.

Estamos ante la historia de la mujer desquiciada pero muy inteligente, que manipula a las personas a favor suyo, hasta que estos se dan cuenta de sus intenciones. En el caso de Silvia –ante la imposibilidad de procrear- tener un hijo usando a  Mercedes y Jaime para sus propósitos, a una como “vientre”, al otro como “semental”.

Haciendo comparaciones, en el estilo de Rodríguez existen elementos que se repiten con respecto a su anterior filme: la imposibilidad del protagonista y que es motivo de la acción (en T de hacer su acuarela, en Silvia tener un hijo), lo cual los lleva inexorablemente a la destrucción; el buen uso de los espacios cerrados, claustrofóbicos, lo que se evidencia con mayor nitidez en El vientre; y los escenarios internos: en ambos filmes son intemporales, conocieron mejores tiempos vividos y ahora padecen una lenta decadencia que refleja a los personajes.

Si bien no podemos decir que la película sea un dechado de ingenio creador o nos haga saltar de la butaca (es una historia contada miles de veces), se debe reconocer que Rodríguez tiene mejor manejo de sus recursos narrativos, llevando con buen pulso la historia hasta su desenlace.

Mención aparte merece la actuación de Vanessa Saba en un personaje complejo y que cronológicamente coincide con la edad de la actriz (Rodríguez declaró que el papel lo tenía pensado para ella). Sencillamente magistral.
Eduardo Jiménez J.

ejjlaw@yahoo.es


EL VIENTRE 
Dir.: Daniel Rodríguez
Guión: Daniel y Jaime Rodríguez
c/ Vanessa Saba (Silvia), Mayela Lloclla (Mercedes), Manuel Gold (Jaime), Gianfranco Brero (Tío Miguel)
Perú/2013/Thriller sicológico***/Estrenos


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